sábado, 22 de agosto de 2009

"La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina"

He terminado la segunda parte de la trilogía Millennium y, después de la decepción que me causó "Los hombres que no amaban a las mujeres" de la que ya os hablé en el blog, ahora sí que puedo decir que "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" me ha dejado un buen sabor de boca. Las características que esperaba encontrar en el primero (originalidad, una trama que engancha volviéndose adictiva, unos personajes atractivos y peculiares...) esta vez sí que las he encontrado en la novela de Larsson.

La novela se desarrolla 2 años después del final de la primera, con Lisbeth Salander de vacaciones en la isla de Granada, disfrutando del dinero que consiguió de forma "poco convencional". Las primeras 80 páginas que narran los sucesos ocurridos en Granada son magníficas y nos ofrecen otro cuadro sobre la increíble personalidad de Salander.

Pero éste es sólo el comienzo, el "meollo" de la trama lo encontramos después, con el equipo de la revista Millennium preparando un reportaje sobre el tráfico y prostitución de mujeres. El asesinato del autor del reportaje y de su esposa, desencadena una serie de acontecimientos que sitúan a Lisbeth Salander como principal sospechosa.

La investigación se desarrolla de forma muy original, al participar tres equipos con diferentes motivaciones. El inspector Jan Bublanski lidera el equipo policial con el único objetivo de encontrar a Salander. Dragan ArmansKij, director ejecutivo y jefe operativo de la empresa de Seguridad Milton Security donde trabajaba Lisbeth, pondrá todo su empeño en descubrir la verdad intentando encontrar pistas que demuestren la inocencia de su antigua empleada por la que siente una extraña atracción. Finalmente, Mikael Blomkvist junto con el equipo de Millennium, hará todo lo posible por encontrar a Salander y desenredar la madeja de la investigación.

En este libro la protagonista principal es Lisbeth Salander. Descubrimos episodios de su pasado que van encajando en el puzzle de su vida y nos ofrecen una idea más concreta sobre lo que le ocurrió en su adolescencia. Salander tendrá a todo el mundo en su contra, mientras las noticias que van apareciendo sobre su pasado añaden argumentos a su culpabilidad. Sólo tres personas confiarán en ella, Armanskij, Blomkvist y Holger Palmgren, su antiguo tutor, que se convertirá en un personaje clave en el desarrollo de la historia.

La trama y el desarrollo de la investigación son mucho más interesantes y complejos que en el primer libro. Aparecen nuevos personajes que enriquecen el argumento añadiendo suspense y misterio sobre la vida de Salander. Una advertencia, atentos a las primeras cuatro páginas, imprescindibles para entender el título de la novela. La clave sobre su significado no la encontramos al final del libro, sino en las páginas intermedias, así que "muy atentos" a las pistas que el autor nos ofrece.

Sólo tengo un punto que sigue sin gustarme. El tema del sexo es tratado nuevamente con la misma ligereza que en la primera novela. En la página 269 hay una conversación entre Mikael y Greger, marido de Erika, que es realmente hilarante. El argumento de que Greger acepta ser un cornudo, confiado en que Mikael es únicamente la persona con la que su mujer satisface la "incapacidad que tiene el alma de moderarse y templarse", me parece una excusa barata. Somos responsables de nuestros actos y nuestra mente puede decir que no, aunque nuestro cuerpo esté diciendo lo contrario. Es fácil echarle la culpa a la "imposibilidad" de controlarse.

Pero, en general, la valoración de la novela es muy positiva. Trama absorvente, personajes atractivos, secretos que se van desvelando de forma convincente y un final que nos deja impacientes por comenzar con la última parte, "La reina en el palacio de las corrientes de aire". Cuando la termine os contaré mi conclusión final sobre la trilogía.

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