jueves, 24 de septiembre de 2009

Paulo Coelho: "El mago" (2ª Parte)

Como comenté en la anterior entrada, la relación de Paulo Coelho con el ocultismo llegó a ser tan profunda que terminó teniendo un encuentro con Satanás. El relato del episodio resulta estremecedor y confirma la realidad de la existencia del diablo y el peligro que encierra el mundo de la brujería. La terrible experiencia terminó con Coelho en una iglesia, pidiéndole perdón a Dios por haber dudado de su existencia.

Su carrera en el satanismo llegó a su fin tras un pavoroso y horripilante episodio que duró doce horas interminables y que Paulo describe como su encuentro con el demonio. La terrible visión representaría el inicio del regreso de Paulo a la fe católica “inculcada por los rigurosos padres jesuitas del colegio en el que fue educado”. Pero Coelho terminó en una extraña orden religiosa católica, RAM, que practica extraños rituales esotéricos y en la que alcanzó el grado de Maestro. Como prueba impuesta por la orden, recorrió el Camino de Santiago con un joven como “esclavo”, en un episodio digno de leer y este viaje se convirtió en el germen de su primer libro “El peregrino de Compostela”, primera paso en su carrera de escritor y previo a su éxito mundial “El alquimista”. La parte final de la biografía está dedicada al increíble éxito de sus libros (“El Zahir”, “El demonio y la señorita Prym”, “Verónica decide morir”, “Once minutos”, “La Quinta Montaña”, etc.), con múltiples curiosidades y anécdotas sobre la repercusión de sus libros en todo el mundo. Coelho ha llegado a superar la cifra mítica de los 100 millones de ejemplares vendidos.

Ha conseguido su sueño de ser un escritor de éxito, pero su regreso a la fe católica no le ha librado de prácticas y supersticiones sincretistas de las que sigue siendo esclavo. Vive obsesionado con seguir el I-Ching, un libro de adivinación. La biografía cuenta numerosas manías como su ceremonia de oración: “la mirada fija en el infinito, dedos índice y corazón levantados, sólo necesita unos segundos para rezar una oración silenciosa. Esa solitaria ceremonia la realiza al menos tres veces al día –al despertar, a las seis de la tarde y a medianoche-, y la repite en los aterrizajes y despegues y cuando los coches se ponen en marcha”.

También está obsesionado con las señales que aparecen a su alrededor: “Donde la mayoría de la gente no ve más que una coincidencia el escritor ve señales que deben ser interpretadas. Su obsesión con nombres, lugares, fechas, colores, cosas y números que a su entender podrían atraer desgracias hacen sospechar que pueda sufrir una forma leve de lo que la medicina moderna ha bautizado como Trastorno Obsesivo Compulsivo, o TOC”. Manías como negarse a comer en mesas con 13 personas o cambiar de acera cuando ve una pluma en el suelo demuestran la esclavitud a la que vive sometido el escritor brasileño. Esta esclavitud contrasta con la libertad que encontramos cuando conocemos a Jesucristo, quién afirmó que él es la verdad y que “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

El sincretismo religioso de Coelho es clave para entender su nuevo libro, “El vencedor está solo”, una genial novela con un profundo transfondo espiritual.

Si quieres saber más sobre "El mago", puedes leer el artículo que he publicado en jeitoledo.com, "El mago y el Salvador".

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