martes, 7 de diciembre de 2010

"Los más duros de la historia"

En el libro "Los más duros de la historia" (ed. Temas de Hoy, 2010) Ben Thompson nos relata, de forma amena y con un sentido del humor que impregna todo el libro, la historia de unos personajes que “aplastaron ejércitos, saquearon civilizaciones y nunca se rindieron”.

Lo primero que destaca del libro es su tono divertido, que consigue hacernos sonreír desde el principio. Sin lugar a dudas el autor consigue contarnos la historia “como nos habría gustado que nos la explicaran en el colegio”.

El libro está dividido en cuatro secciones principales, “La Antigüedad”, “La Edad Media”, “La Era de la Pólvora” y “La Era Moderna”. Los personajes se presentan en orden cronológico, dedicando un capítulo a cada uno, pero completándolos con datos y anécdotas de gran interés que trascienden la vida del personaje tratado y que enriquecen el contenido del libro.

Muchos de los personajes cuyas vidas se relatan son conocidos por la mayoría. Aún así, la perspectiva desenfadada e irónica que aporta el autor nos ofrecen una nueva visión de los protagonistas, De esta forma, nos acercamos a personajes como Ramses II, Leónidas, Jenofonte, Alejandro Magno, Julio César, Justiniano II, Carlos Martel, Guillermo el Conquistador, Pedro I el Grande, Gengis Kan, Nelson, Barbanegra, Napoleón, el Barón Rojo, Eliot Ness, Patton o Bruce Lee, prototipos de hombres duros que han dejado hazañas memorables pero también lo más vil del ser humano, mostrándose ególatras, crueles, despiadados, implacables, vengativos, irascibles, psicóticos o protagonistas de orgías de sangre y violencia como Vlad el Empalador.

Pero encontraremos personajes menos conocidos, pero que se convertirán en gratas sorpresas, como Chandragupta Maurya, uno de los hombres más poderosos del mundo, un huérfano de origen humilde que ascendió de la nada para forjar el imperio más extenso de la India; Lobo el Peleón, un irlandés feroz y pendenciero que solo aparece dos veces en la historia, “y las dos repartiendo mamporros”; Harald Hardrada, “el último vikingo”; Tomoe Gozen, una de las pocas mujeres samuráis de la historia; Anne Bonny, la enloquecida chica pirata que surcó el Caribe “destruyendo a todo aquel que la mirase mal”; Nikola Tesla, uno de los superfriquis científicos “más excéntricos, malotes y volumétricamente dementes de la humanidad”; Irina Sebrova, al mando del Regimiento de Bombardeo Nocturno nº 588, “una superaguerrida unidad de mujeres aviadoras, pilotos, mecánicas, armeras y, sobre todo, rompepelotas de los odiados nazis”.

Los españoles son también protagonistas con personajes como Viriato, el gran héroe de la resistencia hispana que consiguió “que los ejércitos de Roma parecieran un puñado de imbéciles ineptos” y “atemorizó a sus enemigos y sentó las bases de la guerra de guerrillas tal y como la conocemos hoy”. También tiene protagonismo Agustina de Aragón, que en la lucha contra los franceses demostró al mundo “tener las pelotas (o los ovarios) más grandes y mejor puestas de toda Zaragoza”. Juan Pujol García, a pesar de tener un nombre del montón, es considerado por muchos “el mayor agente doble de la historia”, su papel fu decisivo en el éxito del desembarco de Normandía, convirtiéndose en “el Amo del Calabozo de la Segunda Guerra Mundial”.

Quiero terminar con “El Cid Campeador”, nuestro gran héroe nacional, un “guerrero sin par, un duro jefe militar expeditivo y uno de los más valientes y legendarios de todos los tiempos”. Por encima de todo, demostró que ser duro no está reñido con la honestidad y la rectitud moral, ya que además de ser un gigante en la batalla, “era justo, honesto, querido tanto por el campesinado como por la nobleza, y considerado honorable y noble por todo aquel que le conocía”.

(Reseña publicada en MujerdeHoy)

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