miércoles, 22 de junio de 2011

"El crimen de las medias de seda"

“Sin duda el crimen perfecto es el que nadie sospecha que pueda ser un crimen”.

“El misterio de Layton Court”, de Anthony Berkeley (ed. Lumen 2010), es una novela policíaca clásica de un autor que fue miembro, junto a Dorothy L. Sayers o Ágatha Christie, “del selecto club de escritores de misterio de los años treinta”.

El protagonista de las novelas de Berkeley es Roger Sheringham, novelista de éxito y detective amateur. En esta novela se encuentra trabajando para The Daily Courier como experto criminólogo y redactor de artículos informales sobre asesinatos. Cansado de cubrir casos intrascendentes, recibe una carta de un lector, un párroco preocupado por la desaparición de su hija en Londres.

Roger, un hombre de simpatías rápidas, se siente conmovido por lo afectado que parece el párroco a la vez que movido también por un sentimiento egoísta, ya que estaba deseando con toda su alma tener una oportunidad de pasar a la acción.

La desaparición de la hija del párroco enfrenta a Roger a un caso en el que tres jóvenes aparecen ahorcadas con una media de seda. Lo que parecen ser tres casos de suicidio, se convierten en una enrevesada investigación en la que Roger colaborará con el inspector jefe Moresby, de Scotland Yard.

Roger se enfrentará a un caso muy peculiar, ya que le resulta imposible encontrar un móvil y una lista de sospechosos. El enigma más desconcertante de los que había investigado se convierte así en el que más ansiaba resolver, porque se encontraba ante la oportunidad ganarse el respeto de Scotland Yard para que volviesen a contar con él para intervenir en casos interesantes.

La colaboración entre Roger y Moresby no será fácil, ya que Scotland Yard solo trabaja con evidencias, desechando las teorías y aspectos secundarios de la investigación. Pero Roger está convencido de que se encuentran ante un caso que no se resolverá con los métodos policiales de su país, “tiene una base psicológica que estoy convencido de que solo podrá desentrañarse mediante la aplicación de métodos psicológicos más imaginativos”.

Se producirá así un conflicto entre el método inglés, basado en la prueba principal, y el francés, basado en la brillantez imaginativa. El eterno debate entre libertad y seguridad será también expuesto a lo largo de la novela, mostrando las dificultades que encontrará la policía inglesa al verse con las manos atadas en un caso en el que temen volver a encontrarse en otro callejón sin salida como ocurrió con Jack el Destripador.

Una novela con el sabor policíaco clásico y un protagonista peculiar cuyas historias se convierten en títulos imprescindibles para los aficionados al género.

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1 comentario:

Sandra Rivero dijo...

No conocía a este escritor, quizás porque el género policiaco no es de los que más leo, pero es indudable que la historia pinta bien, quizás sea hora de que empiece a leer nuevos géneros... ya te contaré si me animo

Besis