viernes, 21 de marzo de 2014

El sueño de los faraones, de Nacho Ares

Nadie debe profanar el sueño de los faraones...

El sueño de los faraones, de Nacho Ares (ed. Grijalbo, 2014) es una trepidante novela histórica que nos acerca a los enigmas que oculta el descubrimiento de un importante escondite de momias reales en Deir el-Bahari en el año 1881 y nos sumerge en un juego de intrigas políticas en el antiguo Egipto.


Nacho Ares, licenciado con grado en Historia Antigua, es un experto en temas históricos relacionados con el Antiguo Egipto. Ex director de la Revista de Arqueología, director del programa de radio SER Historia y reportero del espacio Cuarto Milenio de Cuatro Televisión, es también autor de una docena de libros sobre la cultura egipcia. En el año 2012 publicó su primera novela, La tumba perdida, en la que nos hacía disfrutar con una historia perfectamente ambientada y con una cautivante trama de misterio. En esta ocasión vuelve a hacer gala de su profundo conocimiento sobre el Egipto Antiguo y la historia de las excavaciones arqueológicas, además de desenvolverse a la perfección en el género del thriller histórico.

La novela alterna dos tramas en las que asistimos a dos investigaciones similares y relacionadas, separadas en el tiempo por miles de años, que nos muestran un Egipto que en nada había cambiado desde la época de los faraones.

En el año 1880 d. C. encontramos en Luxor a Émile Brugsch, fotógrafo y arqueólogo alemán apasionado de la egiptología y profundo conocedor de la arqueología egipcia. Lleva tiempo trabajando para el Servicio Secreto de Antigüedades, creado veinte años antes para conservar el patrimonio de los antiguos egipcios y “hacer entender a los habitantes de las riberas del Nilo la importancia que ello tenía para las generaciones futuras”.

La aparición de unos misteriosos objetos en las redes del tráfico de antigüedades despierta la alarma sobre posibilidad de que alguien haya encontrado unas tumbas reales de la XXI Dinastía y esté procediendo al saqueo de las piezas. El arqueólogo, infiltrado en estas redes, comienza una misión para descubrir la verdad y encontrar el cementerio en el podrían estar enterrados los últimos grandes reyes de la historia de Egipto.

Pero tendrá que luchar contra los ladrones y la corrupción de las instituciones públicas, además de contra gente sin escrúpulos dispuesta a todo por conseguir sus objetivos, incluso a matar. El lugar que buscan esconde también un secreto de muchos siglos atrás, cuando Egitpo estaba dividido en dos reinos y una crisis similar a la que sufrían en esos momentos había despertado los peores instintos de la naturaleza humana: codicia, ambición, traición y la más cruel de las venganzas.

Este secreto será el que se desvela en la trama que se desarrolla en Tebas en el año 969 a.C., donde encontramos al anciano Pinedjem III, sumo sacerdote de Amón y jefe del ejército que observa con preocupación la situación desesperada de la población de sur, angustiada por las epidemias y el hambre, que había incrementado el saqueo de las tumbas reales.

El sumo sacerdote, próximo a comenzar su gran viaje al Más Allá, sin aspiraciones de poder, cansado ya de intentar sacar adelante el país, solo tiene un objetivo, terminar con los saqueos de las tumbas y evitar así la mayor de las desgracias para él y su familia: “que nadie recordara su paso por este mundo y que fuera despojado de los objetos imprescindibles que debían acompañarle para garantizar el éxito en las diferentes pruebas y obstáculos que encontraría en su camino hacia el reino de Osiris”.

Las dos tramas se irán alternando con acierto, con un ritmo muy ágil que hace que el interés de la lectura no decaiga en ningún momento y que el autor combinar a la perfección con la detallada descripción del contexto histórico de las dos épocas que se relatan.

En una interesante nota final Nacho Ares aclara los aspectos históricos de la novela que añaden aún mayor interés a una lectura que nos acerca a los misterios del antiguo Egipto y de una época de descubrimientos apasionantes en la que la fiebre por la egiptología despertada en Europa y América provocó la llegada de “coleccionistas y museos obsesionados por llevarse recuerdos de las arenas del desierto” cuyos intereses chocaron con los de una población convencida de que esos restos les pertenecían y podían disponer de ellos como bien quisieran.

¿El resultado? Una apasionante novela que afianza al autor en el género de la ficción histórica.

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