La novela se desarrolla con un ritmo pausado, similar al que tienen los habitantes de una isla situada en el fiordo de Breidafjördur, mal comunicada, con apenas 70 habitantes la mayoría de ellos ancianos, cuya plácida vida se verá alterada en la primavera de 1960 cuando tres cazadores de focas descubren en una playa un cadáver en avanzado estado de descomposición.
Los temerosos habitantes de la pequeña comunidad de Flatey están convencidos de que el muerto es un forastero y los encargados de averiguar su identidad y qué fue a hacer a la isla son dos personajes imperfectos, atípicos, poco adecuados para una investigación que se presenta como poco importante pero que se irá complicando de forma insospechada.
El primero en llegar será el joven Kjartan, representante del gobernador provincial. Recién terminada la carrera de Derecho aspiraba a trabajar en un bufete de abogados con temas sobre derecho patrimonial. El trabajo de representante se lo había conseguido un profesor para que durante el verano consiguiera experiencia en tareas administrativas y registros notariales. Pero Kjartan se verá obligado a viajar a la isla e investigar la misteriosa muerte, algo que no solo se escapa a su experiencia profesional sino también a su carácter tímido, tenía fobia social y ahora se verá obligado a moverse de una persona a otra buscando información.
El detective Dagbjartur Árnason será el segundo pilar de la investigación, a pesar de su oficio tampoco será el más indicado para resolver el caso con éxito ya que no era de los más brillantes de su comisaría algo que él también sabía. Acostumbrado a dedicarse a casos menores relacionados con infracciones de los ciudadanos y torpe para obtener una visión global de los casos y para interrogar a criminales curtidos, en casos mayores solo había actuado como ayudante, donde se había presentado como perezoso y lento, algo que también tenía una cara positiva, ya que actuaba con paciencia y cordialidad, algo que en este caso puede serle de ayuda.
Sus pesquisas van desvelando los secretos del pasado y del presente de la isla en un caso que gira en torno a un misterioso libro medieval y a un enigma antiguo pendiente de resolver. También iremos conociendo a los diferentes habitantes de la isla con rincones escondidos al igual que los protagonistas. La investigación nos sumerge en el mundo de las sagas nórdicas al mismo tiempo que en una cultura que gira en torno a la magia, la superstición, las tradiciones y las leyendas.
El enigma Flatey es una novela interesante, una caza al asesino que disfrutarán los aficionados al género policíaco, que se desarrolla en un atractivo entorno y que está protagonizada por unos peculiares protagonistas, aspectos que amplían su radio de extensión a todos los lectores.
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