Fuego blanco, un nuevo caso de Pendergast

Fuego blanco, de Douglas Preston y Lincoln Child (ed. Plaza & Janés, 2014) es el esperado regreso del agente especial del FBI Aloysius Pendergast, en su entrega número trece, después del emocionante final de la denominada Trilogía de Helen, en la que se desvelaron todos los enigmas y misterios alrededor de la figura de su esposa. Y vuelve en plena forma, con una trama trepidante, con guiños a la obra de Conan Doyle y con Corrie Swanson, protegida de Pendergast, tomando un especial protagonismo.  

Corrie Swanson se encuentra realizando la tesis doctoral de criminología, pero su director ha rechazado todos los temas propuestos. Especializada en osteología forense, necesita encontrar esqueletos humanos que revelen daños antemortem y perimortem, pero le está resultando casi imposible encontrar restos accesibles con esas características que no se remonten a la prehistoria. Pero gracias a su amistad con el archivero del Museo Rojo del John Jay College of Criminal Justice, lugar que contenía inmensos archivos desgastados y pruebas en estado de descomposición de crímenes cometidos hacía años y que visitaba frecuentemente, se le presentará la oportunidad de realizar un estudio pionero sobre un escalofriante suceso ocurrido 150 años antes.

El episodio está sacado de un extracto del diario de Sir Arthur Conan Doyle sobre un sangriento relato que le contó Oscar Wilde y que tiene que ver con un oso que aterrorizó a los habitantes de Roaring Fork, Colorado, y devoró a once mineros. Todo parece jugar a favor de Corrie ya que los esqueletos de ocho de las víctimas se conservan en un almacén del pueblo al ser trasladados durante unas obras para construir una estación de esquí. Hacía ese lugar de lujo, dinero y celebrities partirá la joven dispuesta a investigar el misterioso suceso.

En principio, el recibimiento a Corrie es cordial y parece que tendrá acceso libre a los esqueletos, pero pronto se topará con la actitud hostil del jefe de policía y de los habitantes más influyentes del lugar. Pero el descubrimiento de una serie de pistas que no cuadran con la versión oficial provocarán que la impetuosa y terca joven se salte las prohibiciones y decida emular a su mentor Pendergast, quien “nunca dejaba que las sutilezas legales se interpusieran en el camino de la verdad y la justicia”.

La osadía de Corrie dará con sus huesos en la cárcel y tendrá que ser el propio Pendergast, su ángel de la guarda, quien acuda al rescate para que juntos comiencen una apasionante investigación para averiguar qué ocurrió con los mineros muertos en el pasado y para frenar una oleada de macabros crímenes que han comenzado en el presente. Una investigación que dará múltiples giros, algunos en apariencia casuales, pero como bien señala el protagonista: “la casualidad no es más que una pieza del puzle que aún no ha encontrado su sitio en el conjunto”. Y a esto se dedicaran el mentor y su discípula, a encajar todas las piezas.

Acción, suspense, crímenes, secretos del pasado, enigmas y misterio son los ingredientes de esta entretenida novela, ideal para disfrutar durante estas vacaciones, que deleitará a los seguidores de la serie de Pendergast, pero también a todos los que se acerquen al personaje por primera vez y, en general, a todos los aficionados al género negro que tendrán un ingrediente más de interés, la relación del caso con un relato supuestamente perdido de Sherlock Holmes en lo que supone un acertado y original homenaje al genial detective… ¡una propuesta irresistible!

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