lunes, 20 de abril de 2015

Maximilien Heller, de Henry Cauvain ¿el verdadero Sherlock Holmes?

Sherlockianos, a continuación tenéis la descripción del protagonista de la novela que voy a reseñar en esta entrada y cuyo autor no es Arthur Conan Doyle: “Imaginemos la larga silueta de un joven. Es un detective privado prodigiosamente dotado para la observación y la deducción lógica, misántropo, adicto a las drogas y experto en química y en las ciencias forenses de la época. Así mismo, es un gran maestro en el arte del disfraz y sus audaces hazañas son narradas por su amigo y confidente, un médico. Otro doctor aterroriza y fascina por igual a nuestro héroe.”

Supongo que a estas alturas estaréis indignados contra el autor de esta novela por haber plagiado al personaje de Sherlock Holmes. Pero cuidado, analizad bien las evidencias antes de emitir un veredicto, porque la novela de la que estamos hablando es Maximilien Heller publicada por el escritor francés Henry Cauvain en 1871, dieciséis años antes de que vieran la luz las primeras aventuras de Sherlock Holmes. Así que si pensáis que estamos ante un plagio, habría que plantearse quién es el verdadero culpable del delito…


Creo que con los dos párrafos anteriores hay razones suficientes para que cualquier aficionado a la lectura, no solo al género policíaco y al personaje de Holmes, se interese por una novela que editorial dÉpoca publica con el exquisito gusto y cuidado con el que nos presenta estos exquisitos platos, con el sabor que solo tienen los clásicos, para que todos los Mamíferos devoradores de libros podamos degustarlos página a página. Acercarnos a la persona de su autor, al que podemos reconocer cuando menos como creador de la prefigura de Sherlock Holmes, nos ayudará a valorar aún más este tesoro desenterrado para nuestro disfrute. Henry Cauvain (1847-1899) llevó una doble vida como alto funcionario y escritor. Su carrera como novelista comenzó con la obra que nos ocupa, «Maximilien Heller», publicada por primera vez en 1871, que obtuvo un éxito considerable y fue reimpresa repetidamente en años posteriores.

Seguidamente publicó una serie de novelas históricas entre las que destacan «Le chariot d'or» (1875), «Le Roi de Gand» (1877) y «Le Grand Vaincu» (1883); y escribió, así mismo, otras novelas de misterio entre las que podemos destacar «Un cas de folie» (1882) y «La Main sanglante» (1886).

Cauvain también colaboró con varios periódicos a lo largo de su vida, aunque su actividad principal siempre fue la de alto funcionario de Hacienda, carrera que concluyó como tesorero general en Annecy y Evreux. Murió en Lausana en 1899, a los 52 años.

Las similitudes entre el personaje de Maximilien Heller y Holmes son contundentes, dejan poco lugar a las dudas, tal y como reconoce Thierry Saint-Joanis, Presidente de la Sociedad Sherlock Holmes de Francia: «Maximilien Heller y el detective de Baker Street, Sherlock Holmes, son una misma persona, y la novela de 1871 la primera investigación del detective inglés… Maximilien Heller es detective aficionado y vive en un apartamento indescriptiblemente desordenado. Es alto, delgado y pálido; toma opio y se dedica a sentarse en un sillón de la mañana a la noche mirando el techo; escribe un sinnúmero de monólogos sobre temas complicados y oscuros; es un experto en el disfraz y muy buen tirador.Y sus aventuras son narradas por su buen y leal amigo, que resulta ser un médico. ¡Igual que Sherlock Holmes!»

¿Y qué encontramos en la novela además de los asombrosos parecidos con el mundo de Holmes? Pues un relato policíaco en el que su atormentado protagonista, un abogado que ha renegado de su profesión y se dedica a filosofar y a reflexionar languideciendo sentado en un sillón junto a la chimenea, se verá involucrado en la investigación de un caso de asesinato para demostrar la inocencia de su vecino, Jean-Louis Guérin, acusado de haber envenenado con arsénico a su señor, el banquero Bréhat-Lenoir.

La lectura de Maximilien Heller es todo un deleite en el que resultará imposible no buscar comparaciones y diferencias entre los dos personajes. Y es que, como mínimo, podríamos afirmar que estamos ante un personaje puente entre Dupin y Holmes, cuando no asegurar que Holmes está basado en Heller. En mi caso, tengo claro el veredicto. ¿Tú no? Ah, bueno, es que se me había olvidado señalar la última prueba. Esta novela se publicó en 1871 y se reeditó en varias ocasiones, una de ellas en 1975, un año antes de que Conan Doyle, que leía en francés, visitara a su tío abuelo y padrino que vivía en París…

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