Desde la publicación de su primer libro en 2004, Las cien mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial, el autor se ha movido con maestría en el difícil reto de narrar hechos desenfadados, curiosos, asombrosos e incluso cómicos de un conflicto que provocó decenas de millones de víctimas. Lejos de ser una banalización de la tragedia, el autor ha conseguido acercarnos a las diferentes claves de la guerra desde perspectivas diferentes, novedosas, permitiendo que todo tipo de lectores puedan acercarse a los hechos históricos desde un punto de vista refrescaste. El resultado ha sido un éxito, no solo en su primera obra sino en las que la han continuado a lo largo de más de una década con títulos como “Enigmas y misterios de la Segunda Guerra Mundial”, “El Reich de los mil años”, “Los magos de Hitler” “Todo lo que debe saber sobre la Segunda Guerra Mundial”.
En esta ocasión encontramos de nuevo los ingredientes que han convertido al autor en un referente en el género histórico: rigor, claridad, ironía y un relato ameno de los hechos que consiguen el propósito marcado por el autor de llegar tanto al gran público como al lector especializado, encontrando “el equilibrio necesario para que la obra pueda satisfacer las expectativas de ambos”. En la introducción Jesús Hernández asegura que los lectores con más conocimiento de la contienda se van a sorprender con muchos de los episodios seleccionados y que los que tienen un conocimiento más superficial se animarán a profundizar y conocer más el conflicto. Una declaración de intenciones que, como en sus anteriores libros, el desarrollo de la lectura demostrará ser realista y no pretenciosa.
La selección de anécdotas se presenta de forma ordenada, estructurándose en once apasionantes capítulos que comienzan mostrándonos quiénes y cuáles fueron los primeros protagonistas, eventos y episodios más significativos de la guerra, como el primer prisionero japonés, la primera mujer piloto en derribar un avión, el primer norteamericano muerto el día D o el primer soldado aliado en pisar suelo alemán.
Continuaremos con anécdotas que se desarrollan en la retaguardia, en el aire, en el mar y en la línea de fuego. Historias de supervivencia, heroísmo, traición, horror, épica, desastres, coincidencias y algo de surrealismo que también encontraremos en el capítulo La tragedia de la guerra. La mirada del autor se aparta del campo de batalla y nos acerca a la logística, la industria y la carrera armamentística que resultó clave en el resultado final.
La última parte del libro nos llevará de sorpresa en sorpresa y nos permitirá conocer a protagonistas poco conocidos, que no tuvieron la relevancia de personajes como Hitler, Stalin, Churchill o Roosevelt, pero cuyos actos de valentía y heroicidad o de miseria e infamia, les hace merecedores de pasar a la pequeña historia del conflicto. Y a continuación el autor nos deleitará con una selección de anécdotas ingeniosas e insólitas que anteceden al último capítulo que, como no podía ser de otra manera, nos mostrará los últimos personajes y episodios del conflicto, cerrando el círculo abierto de forma tan acertada al comienzo de la obra. Como colofón un cuestionario que pondrá a prueba los conocimientos adquiridos por el lector.
Y solo queda sumergirse en las páginas del libro y disfrutar, aprender, sorprenderse, reflexionar y, aunque parezca imposible, sonreír con las anécdotas presentadas por el autor en las que descubriremos, por ejemplo, que los aliados gastaron más dinero en cigarrillo que en balas, que la mayoría de los soldados no llegaron a disparar ni una vez, conoceremos al récord de supervivencia en un bote salvavidas o la lucha contra el principal enemigo de los soldados, la sífilis.
Descubriremos historias increíbles como las de francotiradoras rusas, los kamikazes alemanes o un arquero inglés. También episodios tragicómicos como el del capitán que perdió su submarino por no saber utilizar el retrete, el peligro de llevar bigote para los oficiales británicos, los alemanes que no se rindieron hasta cuatro meses después de la derrota germana o la fuga de un prisionero alemán que se prolongaría cuarenta años.
Cuando parece que ya todo se ha contado sobre la Segunda Guerra Mundial llega un nuevo libro de Jesús Hernández para demostrarnos lo contrario.
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